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Guanacos y gonfoterios dejaron sus pasos en Puerto Montt hace 44 mil años atrás  

Se trata de decenas de huellas de guanacos y de parientes de elefantes sudamericanos, estos últimos denominados gonfoterios, las que fueron registradas en barro fosilizado. Este patrimonio es el primer registro para estas especies en Chile y que pudo ser estudiado por académicas y académicos de la Universidad Austral de Chile (UACh), con apoyo de estudiantes del Magíster en Paleontología de la misma casa de estudios superiores. 

En el sector de Punta Pelluco, en la Región de Los Lagos, fueron descubiertos en 2015 rastros de megafauna gracias a la observación del antropólogo Ricardo Álvarez, quien dio a conocer esta información a la experta en huellas de vertebrados y académica del Magíster en Paleontología UACh, Dra. Karen Moreno, iniciando así conjuntamente un proceso de investigación y búsqueda de nueva evidencia, labor que contó con el apoyo de estudiantes (hoy egresados) del Magíster en Paleontología, programa de postgrado único en Chile

Tras años de recolectar y procesar la información, hoy ya se encuentran publicados los resultados en el artículo “The oldest record of the Lamini Tribe and Proboscidea order in the southwestern margin of the Andes Mountain range: Late Pleistocene mammalian footprints at the Pelluco fossil forest sanctuary” en la revista científica Journal of South American Earth Sciences, la cual destaca que los rastros encontrados en Punta Pelluco serían la evidencia más antigua de megafauna en el país, datadas a lo menos, en 44.300 años antes del presente. 

“Cuando Ricardo me dijo la primera vez que había huellas de gonfoterio fui muy incrédula. Es fácil confundirlas con otro tipo de estructuras redondeadas y estas huellas no tenían detalles de dedos o cojinetes, solamente una distancia repetida entre las distintas oquedades que podían sugerir que fuesen de un animal. Sin embargo, no tardamos en encontrar las huellas de guanaco, que eran tal cual los rastros modernos, y reconocimos un par de decenas en diversas pistas que continuaban caminando a un ritmo predecible, entonces, la factibilidad de preservar huellas ya no podía ser puesta en duda. Contenta, invité a todas las personas que pude para buscar más”, relató la Dra. Moreno. 

Según el artículo, este estudio reporta un grupo de 10 huellas más dos huellas aisladas atribuidas a Lamaichnum guanicoe (guanaco), mientras que para Proboscipeda cf. P.australis (gonfoterios) se observaron grupos de 6 y 11 huellas.

El territorio analizado es denominado “Santuario de la Naturaleza Bosque Fósil de Punta Pelluco” y pertenece al conjunto de monumentos nacionales de Chile desde 1978, esto por la presencia de una centena de secciones de tronco de Coihue, Alerce y Ciprés fósiles de más de 50 mil años, en posición de vida, que revelan un paisaje muy diferente al actual. 

En base a lo anterior, se estima que hace, aproximadamente, 50 mil años atrás había un bosque exuberante que se desarrolló durante un periodo cálido en la mitad de la última edad de hielo, el cual habría desaparecido con el avance del glaciar, dejando un sitio de depósito de barros y arena tras su deshielo, terreno por donde esta megafauna caminó. 

“Quizás los guanacos y gonfoterios vieron algún tocón de ciprés ya roto en el curso de su camino, pero lo más probable es que los bosques vivos estuvieran más alejados, en las colinas circundantes. El mar, ese que baña las costas actualmente, se genera mucho después, hace 11.500 años aproximadamente, cuando el agua salada ingresa por las cuencas erosionadas por el paso de los glaciares, separando la isla de Chiloé del continente”, agregó la especialista. 

¿Por qué es tan importante en América?  

Si bien se sabe que tanto la familia de los guanacos como la de los gonfoterios llegó a Sudamérica desde el norte durante el evento conocido como “Gran Intercambio Biótico Americano”, luego de la conexión de ambos continentes por el Istmo de Panamá, hace alrededor de tres millones de años, la temporalidad en que se habrían dispersado por el continente sudamericano sigue siendo un misterio. 

Hacia el Pleistoceno medio, entre 77 mil y 13 mil años atrás, el registro de camélidos sudamericanos estaba restringido a la región pampeana de Argentina, mientras que, hacia el Pleistoceno tardío, entre 13 mil y 11.700 años atrás, se observa una distribución mucho más amplia en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela. En el caso particular de Chile, los registros de huesos de camélidos fósiles van desde la Región de Tarapacá hasta Magallanes, mientras que los gonfotéridos se encuentran desde Tarapacá hasta Los Lagos.  

Las dataciones radiocarbónicas más antiguas de camélidos provienen de la zona de Chile central e indican 24 mil años de antigüedad. Por su parte, los fechados más antiguos de gonfoterio son de la Región de Los Ríos de casi 30 mil años.  

La reciente publicación sobre Punta Pelluco, se trata de la primera que registra huellas de guanacos y gonfoterios en Chile y revela que tendrían entre 44 mil y 52 mil años de antigüedad, expandiendo en, al menos, 14 mil años el rango temporal de presencia de estos grupos en Chile.  

Juan Luis García, coautor en el artículo publicado, agregó que “con este hallazgo la historia de la última edad de hielo, entre 80.000 y 11.500 años atrás, se hace aún más rica y extraordinaria”. Según este investigador, cambia la comprensión de una glaciación como un periodo uniformemente frío, húmedo y de hielos impertérritos, incorporando a la variabilidad del clima, de los paisajes y su biodiversidad como una característica de la glaciación del sur de Chile. 

Finalmente, cabe mencionar que el equipo mixto de investigadores e investigadoras que participaron en el estudio forman parte de la Universidad Austral de Chile, la Consultora Therium SPA, el Museo de Historia Natural, la Universidad Católica de Chile y la University of Natural Resources and Life Sciences de Viena. 

La publicación original puede ser revisada directamente en https://doi.org/10.1016/j.jsames.2022.103940.